Reflexiones sobre la Oposición Venezolana (I) Gustavo Gonzalez Urdaneta, PhD

Reflexiones sobre la  Oposición Venezolana (I)
Gustavo Gonzalez Urdaneta, PhD

Leí recientemente que otros grupos opositores de mi país están formando nuevas coaliciones paralelas a la MUD. Las noticias han sido muy escuetas y tangenciales, sin más referencias por los momentos sobre las mismas. Sin juzgarlas a priori, no descarto ni rechazo que puedan tener éxito en los tiempos actuales pero, personalmente, me permito hacerles dos recomendaciones a los encargados de elaborar el enfoque de las mismas ante el gobierno.

La primera es que sería prudente que antes leyeran al antiguo filósofo Chino Sun-tzu: "Si conoce al enemigo y se conoce a sí mismo, no tiene que temer el resultado de cien batallas. Si se conoce así mismo pero no el enemigo, por cada victoria ganada también sufrirá una derrota. Si usted no conoce el enemigo ni a usted mismo, usted sucumbirá en cada batalla”. El consejo viene porque lo vivido con la MUD me dejo la impresión de que muy pocos lo leyeron. A veces da la impresión de ser un espejismo, una ilusión, un concepto o imagen sin verdadera realidad.

La segunda tiene que ver con estrategia e improvisación. No solemos poner especial valor a la posesión de la virtud de la estrategia hasta que notamos los resultados de su total ausencia por ir improvisando. El improvisado no tiene otro remedio que comprar, como buena, la agenda de intereses de sus adversarios. El concepto tiene su refrán “Como vaya viviendo, vamos viendo” que popularizo el personaje de Eudomar Santos en la novela “Por estas Calles”.  Según los expertos, es la estrategia la que gana elecciones y campañas y sin un planteamiento estratégico no hay victoria  concebible. Tomen nota.

Eisenhower decía que en la preparación de cualquier batalla habia encontrado que los planes son inútiles, pero la planificación indispensable.  Ahora bien, la estrategia no es consecuencia de la planificación, sino todo lo contrario, su punto de partida. El gran maestro Michael Porter dice que la esencia de la estrategia consiste en la elección de lo que no se debe hacer  y, como bien lo expresa Sun Tzu, es básico conocer bien al enemigo y a uno mismo. La superioridad numérica no tiene ninguna importancia. En la batalla la victoria será para el mejor estratega. El futuro no se prevé, se prepara. En nuestro caso, el conocimiento de la realidad del país es la base de cualquier estrategia.
Bajo este mismo orden de ideas, es básico diferenciar estrategia y táctica pues la estrategia requiere inteligencia, la táctica observación. El verdadero meollo de la estrategia es el estratega.  Un buen estratega debe pensar en cosas grandes mientras hace cosas pequeñas, de esa forma los detalles van en la dirección correcta y puede que cambie sus estrategias y sus tácticas pero nunca sus principios. Es básico que el equipo esté funcionando de forma sincronizada pues trabajar sobre la misma cosa al mismo tiempo no es tan eficaz como hacerlo juntos, al tiempo y con la misma estrategia. Según Bonaparte, es necesario tomarse  el tiempo para deliberar, pero cuando llegue el momento de la acción, deje de pensar y actúe.   La estrategia es una mercancía, la ejecución, un arte. Según Churchill, aun la más bella estrategia de vez en cuando debe mirar los resultados. ¿Qué sentido tiene correr si vamos en la dirección equivocada? Hay un proverbio hindú que dice, nadie se ha perdido alguna vez en un camino  recto. 

Igual me permito recordarles un mensaje que he suscrito en todos mis correos, “Si la Venezuela democrática  y libre va a sobrevivir, sus líderes tendrán que hacer valer su voz y actuar con más convicción”.

En un artículo que publicó hace poco el Blog de los Ignacianos, “No más distracciones chucutas”, les decía que hasta la fecha nadie niega el papel ejercido por la oposición, incluida la MUD, y que, como políticos, tengan ambición de poder pero la gente está harta de un status quo que se niega a tomarlos en serio y que se incumplan las promesas hechas el 6D-2015 y 16J-2017. Que les digan una y otra vez que es ingenuo e impráctico exigir un cambio radical. Lo ingenuo es esperar salir de esto de un modo pacífico. Nuestros líderes políticos piensan que las cosas por la vía pacífica y electoral nos lograran sacar del caos y de la invasión que tenemos en el país. El caos en que vivimos es más crítico de lo que parece y es necesario enfrentarlo, los cambios que se requieren son profundos y el tiempo de hacerlos está pasando. Se necesita una nueva forma de hacer oposición.

Algunos se preguntarân ¿Por qué construir una coalición paralela a la MUD a la cual tenemos años apoyándola y siguiendo sus directivas? Creo que la respuesta más clara a esa pregunta la lei en una entrevista reciente a Antonio Sanchez Garcia (AGS). En primer lugar, citaba la falta de contenido doctrinal y de visión estratégica de la MUD y sus gríngolas en el plano electoral. En segundo lugar, su desconocimiento de la naturaleza del Estado dictatorial actual y su objetivo permanente de lograr “espacios” creyendo que el Estado es la sumatoria de pedazos y no, según el concepto hegeliano, el espíritu de una nación.

Según AGS, la MUD actual nos manda a votar  con la esperanza de que conquistando esos pedazos, que ellos llaman “espacios”,  tendrán el corazón de la República nuevamente en sus manos olvidándose que la ANC los puede liquidar apoyada en las armas. Mientras cuenten con ese respaldo, mantendrán el poder. Todo lo demás es ignorancia, cuentos de caminos o distracciones chucutas. Desde el punto de vista filosófico, plantea que “hay dos visiones enfrentadas de la crisis venezolana. La visión estructuralista, mecanicista, aritmética, de bolichero de la dirigencia de la MUD, y la visión dialéctica, hegeliana de la situación que posee el régimen dominante, seguramente, por la influencia a través de los Castro y la superestructura de la Revolución Cubana del pensamiento de Hegel y de Marx”.

No recuerdo la fecha de una declaración de Tony Blair sobre Venezuela, y aunque no estoy de acuerdo con la mayoría de lo que decía, si creo que tenía razón en una cosa: “La lucha por la Libertad no es pacífica, es una Lucha!”  Y muy pocos lo han entendido así en nuestro País o simplemente los intereses de los actores son diferentes.

Al venezolano de a pie, no le interesa ninguna opción que no incremente la posibilidad de que reaparezca la harina de maíz precocida ni las medicinas o demás artículos cuya escasez ocupa la mente y conversación de toda la ciudadanía y les devuelva la paz y tranquilidad para no estar presos a las 5pm. Una vez lei que llegan momentos dramáticos en la historia de los pueblos cuando las necesidades básicas desplazan los valores morales. Pan primero, democracia después. Asi es. Al Carajo el Dialogo, si se trata de sobrevivir!!

Si nos vamos a los de la MUD, parecen buscar el dialogo, no creen en la violencia, con lo cual es difícil no coincidir pero como decía Blair, hace falta calle y protesta, para que ayude y ahí es donde la MUD fallo. Una dictadura no se tumba con votos. No hay revolución sin muertos, aunque no nos guste, y el pueblo ya aporto su cuota.  Como decía Churchill de los ingleses…..”el problema es que les preocupa más ser famosos que servir a su país”. Nuestros políticos luchan y sueñan con tener poder. No se niega la importancia del dialogo y la negociación en la resolución del conflicto pero, hasta la fecha por una o muchas razones, las partes con sus facilitadores, no han llegado a un entendimiento y, cuando lo han logrado, no se han cumplido los compromisos. Kant dijo que un acto es moralmente bueno si obedece a la ley moral y se realiza como legitima expresión de una buena voluntad, sin otros fines ulteriores. 

La próxima pregunta que se pueden hacer, es, ¿Cuáles han sido los desaciertos de la MUD? Como les decía, nadie niega el papel y logros de la oposición pero tampoco podemos negar sus desaciertos. Sobra literatura sobre este tema pero creo que Héctor Schamis (HSch) ha resumido los principales en “La MUD  y sus claudicaciones”. No comparto totalmente la opinión de varios amigos,  que todo depende del cristal con que se mire y, además de no compartir todas las apreciaciones de HSch, si creo que no se puede perder la esperanza y quedarse cruzados de brazos a ver qué pasa mientras los niños se mueren de hambre. Hay que actuar pero en forma diferente al pasado.

Decía HSch que el problema de la oposición no es solo qué decide sino cómo lo hace. Decidir unilateralmente viola el principio fundacional de cualquier coalición. Para muestra, sobra un botón. Ya tenemos las experiencias del 6D-2016 y 16J-2017. No olvide esto la nueva coalición.  Un patrón se reproduce en el tiempo: cuando el régimen está contra las cuerdas, la MUD pide la campana. Así las cosas, el fin de la dictadura pasó de nunca estar más cerca a nunca estar más lejos. Según HSch, los regímenes autoritarios suelen caer en base a tres factores: movilización de la sociedad, oposición unida y presión internacional y, aunque rara vez coincidieron cuando sí se alinearon, fue la propia MUD quien desarticuló alguno de ellos. La estrategia electoral regional del gobierno, fue un imán para la MUD, tanto para quienes creen en la solución electoral como para los obsesionados con el poder. Ya es tarde para negar el voto, es una realidad y, hay que cumplir con él.
Enrique Ochoa Antich (EOA) en “Los errores de la MUD” considera que la misma es una versión política criolla del extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, en la cual conviven pragmáticamente moderados y extremistas oscilando entre la ruta democrática y La Salida (dos visiones estratégicas contradictorias), cada una estorbando y trabando a la otra. Bajo ese pronunciamiento hace un inventario de la irresponsabilidad de la oposición, resumida en una suerte de siete pecados capitales: (1) No convocar al diálogo y la negociación desde la AN conquistada; (2) Olvidarse de las elecciones regionales poniendo todos los huevos en la misma cesta, la del RR; (3) No aceptar en julio de 2016 el paquete de negociación sugerido por  Rodríguez Zapatero; (4) Levantarse de la mesa de diálogo y negociaciones a la cual siempre acudimos finalmente; (5) Escoger finalmente la vía del 350; (6) Rechazar la iniciativa de convocar a Constituyente, la propuesta del Papa y del expresidente Martín Torrijos de un acuerdo que se proponía firmar en el Vaticano; y (7) Ni siquiera discutir con seriedad la posibilidad de participar en las elecciones a la Constituyente por aquello de "legitimar la dictadura".     
Independientemente de que estemos o no de acuerdo con ese inventario y, de que algunos consideren que se quedó corto, EOA indica que Venezuela necesita una nueva referencia, que a partir de los errores de la MUD, pueda construir un nuevo modo de hacer oposición. Una nueva oposición: plenamente identificada con la ruta democrática. En eso coincidimos.



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