Reflexiones sobre la Oposición Venezolana (II) Gustavo Gonzalez Urdaneta, PhD
Reflexiones sobre la Oposición Venezolana (II)
Gustavo Gonzalez
Urdaneta, PhD
Por ahora, la calle estâ parada
y la oposición dividida. La intervención reciente de Donald Trump en la ONU es
evidencia de que, al menos, de los tres factores para sacar la dictadura, hoy
solo nos queda uno, la comunidad internacional determinada a oponerse con
firmeza a la dictadura de Maduro, sus abusos y sus instituciones fraudulentas.
Y ello a ambos lados del Atlántico, lo cual es una buena noticia. Eso no es
suficiente. Ningún extranjero puede ser más venezolano que los venezolanos. Es
cierto que en el plebiscito, uno de los puntos era el compromiso de participar
en elecciones, y aunque se cumplió en las primarias, creo que fue más bien como
voto rechazo. Eran tres, y esa era el último. No nos acostumbremos a lo malo.
Lo bueno existe, y está cerca.
Según el refrán, todos cometemos
errores y corregirlos es de sabios pero,
según Churchill, todos los hombres cometen errores pero solo los sabios aprenden
de sus errores. Dos perspectivas diferentes, tal vez con el mismo resultado,
bajo una sola condición que depende de los participantes. Una cosa es admitir
que todos podemos equivocarnos, que rectificar es positivo y que los
venezolanos con la aspiración de hallar un nuevo ámbito de convivencia
civilizada tendremos que buscar vías de reencuentro y reconciliación. Este, coincido
con muchos otros articulistas, es un punto válido. Pero otro distinto e
inaceptable consiste en minimizar el hecho patente de los errores y desaciertos
de la MUD hasta la fecha. En cuanto a gran parte de la oposición venezolana,
recuerdo haber leído una cita de Aristóteles según la cual cualquier cosa cuya
presencia o ausencia no hace diferencia perceptible no es parte esencial del
todo.
Continuando con los errores y
desaciertos de la MUD/Oposición, en “La noche de los cuchillos largos”, Armando
Garcia Sanchez (AGS) se preguntaba ¿Por qué los partidos
verdaderamente conscientes de la situación se negaron a escuchar el consejo de
quienes llevamos años recomendándoles separar aguas del reformismo cómplice y
constituir un frente verdaderamente intraficable frente a la tiranía?
El mismo proponía que “ni
siquiera suponía romper la MUD, una unidad ficticia, engañosa, chantajista.
Suponía tomar el único camino posible – el del enfrentamiento al que las
circunstancias nos han obligado con la pérdida incalculable de bienes y vidas
humanas – y, desde ese Frente de Resistencia Nacional, dialogar y establecer
acuerdos, incluso sobre todo con la MUD que restara - si restaba - pero entre
nosotros, los demócratas, no entre demócratas y totalitarios, como ha sido el
caso”. Valido.
Según eso es viable la creación
de un nuevo frente de oposición paralelo a la MUD, llámese como quieran
llamarlo. Creo que todos estamos de acuerdo en que nos espera un futuro difícil
y complejo Creo que deben ser bienvenidos todos los que quieran unirse independientemente
si han estado en la MUD o en el gobierno y no se sientan contentos con el papel
que hayan venido desempeñando. A los ex chavistas, recuerden que es imperativo romper
con el régimen, sus fundamentos ideológicos y dictatoriales, si es que quieren vivir en una
nueva Venezuela de hombres y mujeres libres. A aquellos que se oponen a unas todavía conjeturales sanciones
de Washington, es conveniente que piensen si a la causa de la liberación de
nuestro país le conviene la estabilidad o la confrontación regional, y mientras
más intensa mejor.
En cuanto a las elecciones
regionales aún falta por ver, si dado el resultado de las primarias, no
cancelan o difieren las elecciones regionales. Varios amigos piensan que, dado
que estamos en el terreno de elecciones,
en el cual últimamente arrasamos, no importa el CNE pues la oposición
estará presente en todas las mesas y hará valer sus derechos y el resultado no
podrá ser alterado. Es posible pero, sin querer ser pesimista, ya tenemos la
experiencia de lo que han hecho con otros alcaldes y gobernadores anteriores y
actuales y, eso, sin tener la ANC. No podemos seguir siendo tan ingenuos, se
perdió la institucionalidad en el país.
Pienso que es unánime la premisa
de que en dictadura no puede haber elecciones libres. Muy claro lo expuso Allan
Brewer Carias en “La Gran burla: Las elecciones regionales y el dilema resuelto
sin decisión unitaria”. En el exponía que nadie de la oposición puede pensar
seriamente que podrá “ganar” libremente una elección y aún menos cuando no
existe un Consejo Nacional Electoral legítimo y confiable, y cuando hasta
miembros de la Asamblea Constituyente argumenten que quienes pretendan ser
candidatos a cualquier tipo de elección, deberán obtener el visto bueno de la
propia Asamblea. El acuerdo de toda la MUD que antes de todo ello debió existir,
pues las elecciones regionales exigen una solución unánime y unitaria por parte
de toda la oposición democrática, puede decirse que se disipó. Un desacierto
más de la MUD y no vale la excusa del punto 3 del 16J-2017 por aquello de que
los votantes asumen la unidad de sus representantes en cualquier elección.
Respecto a lo que podemos
esperar de las elecciones regionales, hay un artículo de Aníbal Romero (AR) que
es muy claro al respecto. Según Romero el gobierno quiere que la oposición
participe en nuevas elecciones, pero en el marco de sus tramposas condiciones,
y para ellos tiene sentido dar la apariencia de ceder espacios para así ganar
tiempo. Para nosotros, dado que se trata de una lucha psicológica y moral, el
combate por la libertad es ante todo un compromiso de cada persona. El espacio
a ser salvaguardado a toda costa, en función de fortalecer lo insustituible
son: el compromiso de lucha de la gente, su apego a un ideal de liberación para
nuestro país, de libertad frente a la tiranía chavista y el dominio cubano
sobre Venezuela. Todo lo demás, difícil no coincidir, debe instrumentarse con
base en estas convicciones medulares.
Según Chávez, los revolucionarios
no pactan, como bien dice AR, no habrá negociación posible que permita a la
oposición, en el supuesto de que los resultados regionales le favorezcan,
entenderse con un régimen que el pueblo venezolano ya condenó a su terminación.
A menos que una vez más una parte de la dirigencia opositora pierda de vista
que una retirada táctica del régimen solo tendría lugar para recuperar fuerzas,
y luego reanudar el camino de costumbre. Los revolucionarios no pactan, pero no
son estúpidos. Con las elecciones regionales, la oposición venezolana lanzo a
Maduro una nueva tabla de salvación, la tomaron. No pactaron, pero si se
aferraron a esa tregua.
Volviendo a la ausencia de
estrategia, apenas la ANC decreto la realización de las regionales, volvieron a
brillar las agendas y ambiciones de nuestros líderes políticos con excusas que
contradicen todo lo que se habia dicho y hecho, sin la menor consideración al
sacrifico de los venezolanos de la calle hasta la fecha y poniendo de lado lo
que ellos mismos propusieron el 16J-2017 y poniendo en riesgo la toma de
conciencia internacional y la perdida de la crisis de legitimidad del régimen. Afortunadamente el factor externo aún
persiste y creo que será decisivo en la lucha contra la dictadura.
Negar y oponerse a la realidad
de las elecciones regionales sería estúpido pero debemos tener presente los
costos y riesgos que con ellas se incurre. Por una parte legitima la ANC y
otras instituciones del régimen y le da más tiempo al gobierno. La excusa de
“ganar espacios” que cacarean hasta la saciedad, no tiene buenos precedentes.
En su oportunidad, los mismos no podrán defenderlos y, a los que ganen, les
serán minimizados por la Constituyente como hemos presenciado la destitución
ilegal de diez o más alcaldes, de los cuales la mayor parte de ellos están presos, y el resto en la
clandestinidad. Esa es la promesa del régimen, de la cual, está mostrando
algunos adelantos. Los líderes creen que tienen los votos en el bolsillo y hasta
han llegado al colmo, en sus afanes electorales, de pedir la no intromisión de la ayuda
internacional.
Con excepción de los acuerdos en
las primarias, se evidencia de nuevo la improvisación y falta de estrategia,
sin lo cual no se ganan elecciones. Más allá de los próximos resultados no
podemos seguir apoyando falsos liderazgos con sus egos y ambiciones. Un nuevo
comienzo, como dice el proverbio, es la mitad del total.
Suicida apostar a una abstención
electoral que dejaría al PSUV como único participante, con lo que tomaría todas
las gobernaciones sin resistencia ninguna.
No hay que dejársela tan fácil al Gobierno. Afortunadamente, en las
primarias se tranzaron alianzas y se presentaron candidaturas opositoras
unitarias capaces de derrotarlo. En política no existe la última batalla, ni
tampoco aquello de que “no hay vuelta atrás”; el caso más patético lo
constituyó la Unión Soviética, que se desmoronó luego de 70 años. Veremos
entonces si tomarán decisiones difíciles como la de posponer o eliminar las
elecciones regionales. En caso de darse,
el voto ganador será por el rechazo e indignación total a Maduro, no por la MUD
ni por los candidatos.
Desde hace unos cuantos días he
venido pensando en lo que nuestros líderes le dirán al pueblo después de las
elecciones regionales, independientemente del resultado de las mismas, sumado
al desastre de la Asamblea Nacional Constituyente que pueda no estar claro.
Nuestros líderes de la oposición democrática se desviven en decirle al pueblo,
en todos sus discursos, la parte constitucional y el desastre político en el
que se entraría si el gobierno lograse dictar una constitución copiada al pie
de la letra de la cubana, y se les dice, además, que, de ahí en adelante, habríamos
entregado todos nuestros derechos y libertades políticas para siempre. Todo eso
es verdad. El pueblo, que se ha venido estirando y casi arrastrando para
sobrevivir, pone a funcionar su imaginación y cualquier cosa que él se imagine,
es válida, ya que nunca la ha experimentado en su vida y nadie asume el
compromiso y responsabilidad de presentar lo que falta por explicar. Preparen
esta tarea, no improvisen más.
Durante estos 18 años hemos
tenido mucha perdida humana producto de la lucha política en las calles, los de
la plaza Altamira, los del 2002 y los del 2014 y tantos otros producto del
hampa común; podemos estar depresivos, pero eso no justifica que estemos
dispuestos a entregar el control político del país a este gobierno ya que está
claro que no estamos de acuerdo con quienes tienen en su poder, la dirección de
la república. ¿Puede alguien calcular cuántos más deben perder la vida para
sacar este régimen podrido, corrupto y narcotraficante? También se evidencio
que el CNE hizo trampa en las elecciones de la ANC, denunciado por Smarmatic,
simplemente por la ausencia de la oposición y existe toda una campaña muy bien
orquestada para desestimular el voto y el régimen salir triunfante en las regionales
por abstención de la oposición. Cada quien con su conciencia y que asuma la
responsabilidad de su decisión.
Bien lo dijo Aristóteles, la tolerancia y apatía son las últimas virtudes de una sociedad moribunda. El hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que ya sabe así que no se nos olvide el resultado de la abstención en la AN del 2005 ni en las últimas elecciones de gobernadores. Piensen por ustedes mismos y permitan a los demás el privilegio de hacerlo también pero la única forma de demostrar que somos mayoría es votando en las regionales. Lo más sensato que se puede hacer es sumar tu voto para conquistar la mayoría de las gobernaciones. Los votos están ahí. El gran reto es ponerlos a funcionar. Ese triunfo y la ayuda internacional llevarían al país a un nuevo Tipping Point. A punto de iniciar la pendiente descendiente que cambiaría el rumbo del país y que nos permitiría salir de este gobernucho mediante pocas acciones pero de gran efecto y que deberán suceder rápido.
Como dijo Jose Domingo Blanco (Mingo) en “Aceite de Ricino”, necesitamos un desparasitante que erradique la plaga que se ha instalado en cada uno de los órdenes que subyacen en la nación y nos permita recuperar una Venezuela en blanco como un lienzo virgen, para comenzar a trazar el destino digno y lleno de progreso que merecemos todos.
Para ese nuevo renacer, se requiere de líderes que más allá del poder y su beneficio personal quieran serle útiles al país y contribuyan a posicionarlo de nuevo ante el mundo. No se trata de una personalidad magnética, eso puede ser sólo facilidad de palabra y necesidad de hacer ruido. Tampoco de hacer amigos o influir sobre las personas, eso es adulación. El liderazgo que hace falta es para lograr que las miradas de todos los ciudadanos apunten más alto, que la actuación de la gente alcance el estándar de su potencial y que la construcción de personalidades supere sus limitaciones personales para lograr la recuperación institucional, política, económica y social de nuestra querida Venezuela.
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