LA MUERTE EN VENECIA. LUCHINO VISCONTI, 1971 (Publicado por Alejo Urdaneta)

LA MUERTE EN VENECIA. LUCHINO VISCONTI, 1971

La muerte en Venecia
Thomas Mann
Luchino Visconti
(La novela: 1912 – la película: 1971)

Boga por el Mar Adriático un bote a vapor con destino a la muerte. Tiembla la vida en el viejo profesor Aschenbach, sumergido en la niebla que se extiende por el mar, y el buque expulsa su columna de humo difuminada con la música del Adagietto de la quinta sinfonía de Gustav Mahler. Este movimiento de la sinfonia de Mahler serà el fondo de toda la pelìcula.
La Muerte en Venecia como obra de inspiración del film de Luchino Visconti, nos va mostrando paso a paso la pasión como desequilibrio y degradación en la época de la Gran Guerra europea. Los instintos todavía permanecen ocultos o disfrazados por otras pasiones, como el nacionalismo.
En la novela de Thomas Mann, el profesor Ashenbach va a Venecia por recomendación médica. Es poeta y está fatigado por la náusea del pensamiento.
En la película el motivo del viaje es el mismo, pero ya Aschenbach no es poeta o filósofo, sino músico. Se ha dicho, con razón, que Visconti tomó el modelo de Gustav Mahler para su personaje, y es fácil de notar: la música, el aspecto físico del actor, muy parecido al de Mahler en su juventud.
La narración en el filme es muy del estilo de Visconti: lenta en el desarrollo de sus cuadros, detenida a veces sobre el mar y con una música letárgica de la Tercera sinfonía de Mahler, cantada por soprano sobre un tema de Nietzsche: Canción de la noche.
También la novela tiene el mismo Tempo. Es una narración pobre en acción y el escenario se limita en gran parte al mundo interior del profesor Aschenbach. En la novela, los pensamientos están fijados en los díalogos contenidos en el Fedon platónico, y ese mismo tema de la belleza emparentada con la muerte se propone en el film.
La huída del protagonista al mundo sensual de Venecia, donde hallará al adolescente que lo cautiva por su belleza, tiene una premonición en la novela: Cuando el fatigado poeta pasea por el cementerio de su pueblo, se topa con un hombre desconocido y de extraño aspecto, y se despierta en él el súbito deseo de viajar.
Esta misma premonición aparece en el film, en la figura de un vagabundo que lo aborda con un tono de burla a su llegada a la playa de El Lido. En otro episodio de la película se ofrece esta distorsión del equilibrio que tanto busca el profesor. Los cantantes callejeros entonan una desafinada canción burlesca dedicada al protagonista, sentado frente a su amado adolescente.
Tanto en la novela como en el film que es su fundamento circula la subterránea presencia de la tragedia: Instinto de muerte.
El autor Thomas Mann se plantea la búsqueda de la soberanía integral del ser humano, y en ese combate entre la libertad del deseo y los límites sociales, pierde el profesor envejecido y enamorado de un joven efebo.
En la desesperada entrega del profesor Aschenbach, su vida disciplinada y de estudio se derrumba, y todo es obra de su imaginación poética. Los suplicios y delirios del amor – pasión que nos explicó Stendhal, lo arrastran tras su amado, y éste juega con él percibiendo la atracción del deseo.
La película de Visconti, con el uso de colores desvaídos y paisajes aneblados en la bella ciudad de Venecia, nos muestra la pasión en el rostro del viejo atormentado. Visconti se propuso, quizás, exponer la teoría del fracaso del arte frente a la sensualidad del amor erótico.
En los pensamientos evocativos del profesor Aschenbach, que le traen el recuerdo de su mujer y del hijo muerto, se funde el poder de la atracción amorosa, y vence el amor, y vence la muerte.
Publicado por Alejo Urdaneta  agosto 13, 2009 a las 10:06am en Clásicos del cine


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